La solución. La guerra contra las drogas ilegales mata más que su consumo. El tráfico de drogas provoca corrupción, inestabilidad política y violencia. Un negocio muy lucrativo que financia el crimen organizado. Tras cuarenta años de guerra, y constatado su fracaso, es hora de afrontar la realidad: la única respuesta es la legalización.
MANJON ARACELI - DEBATE